Sushi durante el embarazo

Aquí van unos cuantos consejos si te gusta el sushi y estás embarazada

"¿Puedo comer sushi estando embarazada?" Esta la pregunta que se hacen todas las futuras mamás que, además, son adictas a la comida japonesa. Al final del artículo responderemos a esta pregunta.

Pero antes, vamos a examinar paso a paso qué riesgos conlleva tomar sushi durante el periodo de gestación. Existe el mito de que el sushi está prohibido durante el embarazo, y esto no es del todo cierto (el sushi no deja de ser arroz con un aderezo de vinagre). Lo que sí es verdad es que debemos evitar ciertos ingredientes que suelen estar presentes en las variedades más comunes de sushi y, sobre todo, extremar la higiene durante en su elaboración.

¿Qué ingredientes debemos evitar al comer sushi?

Pues sí, si estabas pensando en pescado crudo has acertado. Durante unos meses deberás decir adiós a los makis de atún y a los nigiris de salmón. Adiós también al sashimi. Pero, ojo, que no acaba aquí la cosa: también hay que evitar la carne , el marisco y los huevos que no hayan sido previamente cocinados. ¿Y las verduras? Es seguro comer verduras crudas siempre que estén bien lavadas. Y si usamos algún desinfectante alimentario, como Amukina, mejor que mejor.

Resumiendo: las embarazadas deben excluir de su dieta cualquier ingrediente crudo, poco cocinado o mal lavado.

Aquí va una lista de ingredientes con los que suele elaborarse el sushi y que durante el embarazo deberíamos evitar a toda costa:

- Pescado y marisco crudo, poco cocinado, ahumado o marinado.

- Pescados con alto contenido en mercurio, como el atún, el pez espada o el tiburón.

- Huevas de pescado.

- Carne cruda o poco cocinada.

- Queso fresco o poco curado que haya sido elaborado con leche cruda o que no haya sido pasteurizado.

- Embutidos, patés y fiambres, especialmente si son caseros (ni se te ocurra probar el chorizo que trae tu tía la del pueblo).

- Huevos crudos o poco hechos (olvídate de las tortillas de Betanzos).

- Verduras y hortalizas que hayan estado en contacto con la tierra (como el tomate) y que no hayan sido lavadas y desinfectadas.

Sí, la verdad es que hay bastantes ingredientes que deben evitarse durante el embarazo. Pero hay una buena razón para ello. Bueno, mejor dicho, dos razones: los parásitos y las bacterias. Vamos a verlos al microscopio.

Parásitos

Si hablamos de pescado o marisco crudo, a todos nos viene a la cabeza un nombre: anisakis, que es sin duda el parásito más popular. Según la OCU, cerca del 40% del pescado que se consume en España está infectado por el anisakis.

La ingestión de este parásito puede causar gastroenteritis y reacciones alérgicas (de gravedad, en algunos casos).

Como el anisakis no sobrevive al calor ni al frío extremo, es importante que durante el embarazo sólo tomemos pescado que previamente haya pasado por una fuente de calor (plancha, sartén, horno) con una cocción de al menos 60º durante unos minutos, o que haya sido congelado (a -20º durante 48 horas, o durante una semana en el congelador de una nevera común).

Teniendo en cuenta que este parásito es bastante resistente, podemos encontrar anisakis en un pescado poco cocinado, ahumado o simplemente marinado. De hecho, la mayor parte de infecciones por anisakis se las debemos a los boquerones en vinagre. Por eso hay ciertos platos sobre los que debemos extremar las precauciones: además del sushi, el sashimi y los citados boquerones, hemos de andar con cuidado con el ceviche, las huevas de pescado, los arenques en salmuera y todos los ahumados (como el salmón o la caballa).

La legislación europea y española obliga a bares y restaurantes a garantizar que los productos de la pesca para consumir en crudo (o prácticamente en crudo) han sido previamente congelados a una temperatura igual o inferior a –20º C durante un periodo de al menos 24 h o a -35º C durante un periodo mínimo de 15 horas. Por eso, y sobre todo en el caso de las embarazadas, si decidimos consumir pescado crudo, debemos hacerlo en establecimientos de confianza, donde sepamos a ciencia cierta que cumplen la ley a rajatabla.

Otro parásito a evitar por las embarazadas es Toxoplasma gondii, que así escrito quizás no te suene demasiado, pero es el responsable de la temida Toxoplasmosis.

La toxoplasmosis es una enfermedad que, si se adquiere durante las primeras semanas de gestación, puede ocasionar daños graves al feto. Se transmite de los animales a los seres humanos, y la forma de contagio más común es mediante la ingesta de carne contaminada. Por eso, adiós a las carnes crudas (como el carpaccio) o poco hechas, y nada de fiambres (mucho menos si son caseros), huevos que no hayan sido cocinados o leche que no esté pasteurizada.

Menos conocido que los dos anteriores, pero también dañino para la salud, es el Diphyllobothrium latum, causante de la botriocefalosis, una enfermedad parasitaria grave. En este caso, el parásito afecta a los peces de agua dulce, como la trucha o la carpa, y, ¿adivinas cómo llega al organismo humano? Pues sí, a través del pescado crudo o poco cocinado.

Bacterias

Una de las bacterias mas temidas durante el embarazo es la Listeria monocytogenes, causante de la Listeriosis, una infección grave que puede provocar aborto involuntario, muerte fetal, parto prematuro o infección potencialmente mortal del recién nacido.

La contaminación se produce al ingerir alimentos que contienen la bacteria, generalmente la leche fresca (o el queso elaborado con ella), carne cruda o poco cocinada, verduras sin lavar, embutidos, patés, y quesos frescos o poco curados. Por eso es tan importante que durante el embarazo todo aquello que consumamos esté bien cocinado y, en el caso de las verdudas, bien desinfectado.

Salmonella (presente en los huevos y en las verduras en contacto con la tierra) y Campylobacter (que afecta al 65% de la carne de pollo) son dos bacterias también bastante comunes y cuyo contagio podemos prevenir evitando los alimentos en crudo (ni se te ocurra unirte a la absurda moda del sushi de pollo) y extremando las medidas de higiene durante las elaboraciones.

La contaminación cruzada

Aunque parezca el título de un best seller, la contaminación cruzada de los alimentos es algo muy a tener en cuenta durante el embarazo. ¿Qué es exactamente la contaminación cruzada? Pues ni más ni menos que el proceso por el que un alimento en buen estado es contaminado con una sustancia ajena, generalmente nociva para la salud.

Imagina un restaurante en el que sirven sushi. Un restaurante en el que siguen a rajatabla la legislación, congelando el pescado tal y como mandan las normas. Pero imagina también que ese pescado, que a priori está libre de riesgos, es fileteado con un cuchillo con el que previamente se ha cortado pollo. Y, ya puestos a imaginar, imaginemos que ese pollo estaba contaminado con la bacteria Campylobacter. Lo más probable es que la bacteria pase del pollo al cuchillo, del cuchillo al pescado y del pescado a nuestro organismo. En eso consiste exactamente la contaminación cruzada.

Este tipo de contaminación es fácilmente evitable en nuestras casas, pero siempre hay riesgo de padecerla en una cocina donde no veamos lo que pasa. Por eso, durante el embarazo, se recomienda evitar los platos que contengan ingredientes crudos, máxime si no sabemos cómo han sido manipulados y elaborados.

Resumiendo: ¿se puede comer sushi durante el embarazo?

Sí, pero sólo si evitamos los alimentos crudos (o poco cocinados) y tenemos la absoluta certeza de que no existe riesgo de contaminación cruzada. Algo que es bastante complicado cuando hablamos de bares y restaurantes.

Pero entonces, ¿corro algún riesgo si como sushi en un restaurante o lo pido a domicilio? Pues sí. Y de hecho te recomendamos que lo evites en la medida de lo posible si estás embarazada. Aunque lo más probable es que no ocurra nada, el riesgo cero en estos casos no existe, y es mucho lo que hay en juego. Por eso, nuestro consejo es que durante el embarazo no tomes sushi si no sabes cómo y dónde ha sido elaborado.

Una magnífica alternativa para evitar sustos es aprender a hacer sushi en casa; de este modo podrás disfrutar de tu plato favorito sin sentir que juegas a la ruleta rusa.

Aquí van unos cuantos consejos para que durante el embarazo puedas hacer sushi en casa sin ningún tipo de riesgo:

1. Como norma general, evita cualquier ingrediente crudo, ahumado, marinado o poco cocinado, sobre todo pescados, carnes, mariscos y embutidos. Pero que no cunda el pánico: hay recetas de sushi con pollo rebozado, por ejemplo, o con ternera teriyaki, con langostino en tempura.... Además de estar de vicio, son aptas para embarazadas porque sus ingredientes están cocinados.

2. Lava los utensilios que estén en contacto con productos crudos para evitar la contaminación cruzada. Si, por ejemplo, fileteas una pechuga de pollo, lava el cuchillo a conciencia antes de cortar la verdura. Haz lo mismo con las tablas de cortar y las encimeras.

3. El sushi con verduras es una alternativa magnífica durante el embarazo. Simplemente acuérdate de pelar y lavar bien las verduras (puedes usar un desinfectante alimentario, como Amukina). Y si tienes acceso a verduras ecológicas, muc ho mejor.

4. Ah, por si alguien se lo preguntaba: las hojas de alga nori para hacer sushi que encontramos en cualquier comercio no necesitan ninguna atención especial por parte de las embarazadas.

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